Los primeros juegos incluían un número reducido de deportes (de hecho en el primero de ellos sólo se corrió una carrera de 192m) pero fueron sumándose luego tanto carreras más complejas como saltos en largo, lanzamiento de disco y de jabalina, la lucha, el pancracio (mezcla de lucha y boxeo), el boxeo y las carreras de carros. En el año 708 se instauró el Pentatlón, que incluía la carrera de velocidad, el salto en largo, los lanzamientos de disco y jabalina y la lucha. Los atletas competían desnudos y si bien las normas no eran tan estrictas como en los deportes modernos. Un detalle importante para destacar es que en estos juegos no se guardaba registro de las marcas, como se hace actualmente, ni se competía para superarlas, sino sólo para superar a cada adversario.
En su momento como reconocimiento a los campeones y descripción de los eventos y, posteriormente, cuando los ideales griegos volvieron a cobrar vigencia, el arte se ocupó de los Juegos Olímpicos. Entre las obras realizadas en la antigüedad merecen destacarse diversos tipos de recipientes cerámicos (que han brindado valiosa información sobre las ceremonias y los deportes) y las estatuas que representan a diferentes campeones. Con posterioridad, tanto en el Renacimiento como a fines del Siglo XVIII y luego, a fines del Siglo XIX con el renacer de las Olimpíadas, fueron muchas las obras pictóricas dedicadas a recrear los deportes y la coronación de los triunfadores. Las figuras siguientes ilustran algunos de los tipos de obras mencionadas.
Con respecto a la literatura puede señalarse que autores como Pindaro, Pausanias, Estrabón y Dión Crisóstomo registran las hazañas de algunos de los vencedores. El siguiente es un fragmento de la Oda escrita por Píndaro al púgil Diágoras de Rodas (tomado de https://es.wikipedia.org/wiki/Diágoras_de_Rodas).
Cubre Señor, de gloria al que la gran victoria
en Olimpia ganó, púgil valiente.
Estima y reverencia
entre la propia y extranjera gente le de tu omnipotencia;
Que el rumbo sigue a la arrogancia opuesto, Enérgico y modesto,
y los ejemplos raros
siempre sus normas son, ¡Musa! No olvides que del buen Calianate,
célebre en el combate,
es nieto, y de los nobles eratides.
Rodas está de fiesta. Su contento
no venga a perturbar mudable viento.