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El Zorzal y su pasión por los deportes
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Artículo de Maximiliano Kronenberg aparecido en el Diario Clarín, sección cultura. Edición del 30/08/2018
Una exposición en el museo del cantor
Andá a jugarle a Gardel: el Zorzal y su pasión por los deportes
Gordito y saliendo del mar, con paleta, con pelota: el músico hacía aerobismo y natación y se consideraba la mascota del Barça.
¿Quién hubiera imaginado que detrás del mayor ícono de la cultura popular de los argentinos, dueño de una mirada inmaculada, envuelto en un impecable traje y pituco sombrero con su sonrisa perfecta y canchera se esconde aquel hombre saliendo del mar y algo excedido de peso, con una gorra y traje de baño de época una playa en Montevideo?
Cuesta imaginar que el célebre cantante de Mi Buenos Aires querido era un apasionado por la gimnasia, el aerobismo, la natación y el boxeo, el fútbol, el billar y la paleta. Amante confeso de “los burros” y autoproclamado la “mascota del Barça”, el Zorzal Criollo también posaba sin problemas sosteniendo una pelota en bata en su propia casa.
Gardel y los deportes es la muestra que conjuga dos grandes pasiones de enorme impacto sociocultural que abrirá sus puertas este viernes y durará hasta marzo en el Museo Casa Carlos Gardel, el hogar donde ha vivido y crecido el “Morocho del Abasto”, con su madre, Berta.
La exhibición recorre episodios poco conocidos de la vida del cantor, vinculados al deporte que, más allá de su idolatría, lo enaltecen aún más como símbolo popular de los argentinos. Hay fotos exclusivas, afiches, retratos, publicaciones, discos, partituras, una paleta, una pelota de fútbol, una raqueta y hasta un carnet del Club de Pescadores lo pintan de cuerpo entero.
“La idea surgió de una búsqueda de mostrar aspectos tal vez pocos conocidos de Gardel, episodios que lo humanizan, lo acercan y no por eso lo vuelven menos importante sino todo lo contrario: nos hace pensar lo grande que fue a partir de estas facetas”, señala Marina Cañardo, directora del Museo Casa Carlos Gardel.
La muestra se divide en tres temáticas: fútbol, turf y "otros deportes". Parte del material exhibido pertenece a los coleccionistas Pablo Taboada, Ricardo Stockdale y Fabio Cernuda. También colaboraron el Museo del Cine, el Museo de la Ciudad, el Archivo General de la Nación, el Archivo Histórico de Racing y el Museo del FC Barcelona, entre otros.
¿Gardel era de la Academia o del Rojo?
Fiel a su estilo, a Gardel le gustaban los deportes individuales para cuidar su imagen. Por eso, practicaba gimnasia sueca (una serie de movimientos suaves sin moverse del lugar) en la Asociación Cristiana de Jóvenes, más conocida como la “Yumen”, junto con otros tangueros como José Razzano, Julio de Caro, Francisco Lamuto y Juan de Dios Filiberto. A este grupo se lo conocía como “clases de Bohemia” ya que hacían ejercicios físicos acompañados por un piano.
Debido a su contextura, también practicaba gimnasia, aerobismo y le gustaba la natación para complementar su dieta. En otra foto aparece jugando a la pelota vasca o enfundado en un traje sosteniendo una paleta mientras fumaba un habano, algo característico de la época.
Lejos de ser fanático, a Gardel le gustaba el fútbol pero lo tomaba como un vínculo social. A través del deporte más popular del mundo nació su entrañable amistad con Josep Samitier, el crack que tuvo el Barcelona desde 1919 hasta 1933. La relación con “Sami” y el plantel catalán se fue afianzando con los años: Gardel presenciaba los partidos del Barça en España y también se iba de gira con el equipo por Europa y Sudamérica, como se observa en las cuatro fotos enviadas por el Barcelona.
Tal vez, la derrota por 7-1 frente al Arsenal inglés sea lo de menos. Lo importante es el balón que le regalaron a la “mascota” del Barça tras la gira por Londres, en 1931. Por eso, el museo exhibe una gigantografía de Gardel sosteniendo la pelota en bata y de entrecasa como símbolo de gratitud hacia los jugadores.