“Felicitaciones… a los que jugando descubren su interioridad”
Durante la etapa de la niñez, motivamos la realización de actividades lúdicas, con distintos objetivos: de divertirnos, entretenernos, educarnos, sociabilizar, entre otros de los tantos beneficios que alimentan el espíritu lúdico y nos enriquecen como personas. La actividad lúdica es la primordial para cualquiera ser humano que transitó satisfactoriamente la etapa de la niñez. Mientras crecemos, en la sociedad en la que nos encontramos, aparecen las obligaciones y parecería que estas últimas las reemplazan, “termina la tarea, sino no vas jugar”, comenzamos el proceso de disociar la naturaleza del ser humano con respecto a la actividad lúdica, convirtiéndonos muchas veces en adultos que “no tenemos tiempo para jugar”. Sin embargo, estoy segura que muchos de los adultos que están leyendo este artículo caminan por la calle evitando pisar los bordes de las baldosas, o por el contrario solo vale caminar por los bordes, al tirar un papel intentamos hacer enceste… creo que estos ejemplos pueden hacer, que mientras continuas con la lectura esboces una sonrisa cómplice y se te venga al menos un ejemplo de cómo continuás conectándote con algo muy natural que es el juego. ¡Está en nuestra naturaleza!
“Felicitaciones… porque jugando nacemos en cada amanecer siendo jóvenes de corazón y viviendo con ilusión como simples personas que hemos de ser.”
Continuar compartiendo la cuarentena en familia y en nuestros hogares, es un buen momento para pensar la diferencia de “libre de” y “libre para”, estos conceptos fueron desarrollado por el científico Erich Fromm, en su libro “El miedo a la libertad”. En primer lugar, estar “Libre de” obligaciones y es por eso que destinamos hacer alguna actividad de esparcimiento (compensamos el cansancio, por las actividades exteriores). A diferencia que en segundo término, “Libre para” en el que de forma intencionada decidimos que hacer para el desarrollo de nuestro ser (comenzamos a responder a nuestras obligaciones interiores individuales).
Hay propuestas de actividades que responden a las exigencias externas, y un ejemplo es cuando imitamos una actividad publicada por redes sociales, porque lo propone un famoso o modelo o una determinada marca y nos premia con un cierto status. Muchas veces luego de realizarlas, debemos tomar descanso ya que no contribuyen a equilibrarnos.
Sin embargo, el desarrollo de las neurociencias recomienda y estimula la práctica de ciertas actividades que si bien tienen orientaciones generales para ser llevadas a cabo, prima el principio individual de realización y valora el proceso por sobre el producto, ya que este va a ser único e irrepetible. Son actividades que colaboran para la gestión de momentos de tensión y estimula nuestros cerebros, contribuyen con pensamientos positivos y relajan.
“Felicitaciones a los que saben jugar en equipo, porque en la vida hemos de ir juntos”
Por eso les sugerimos que se den la oportunidad de hacer las siguientes actividades, que pueden ser atractivas para todas las edades y en la práctica continua van a colaborar a construir en cada hogar espacios de armonía:
Es una actividad estético expresivo para todas las edades. En el ejercicio de colorear, incluso se considera como un acto de meditación en sí mismo porque ayuda a centrar pensamientos. Estimula áreas del cerebro relacionada con la motricidad fina, la creatividad y la percepción. Colorear es una actividad natural en la niñez, y sin embargo al hacerlo de adultos nos conecta rápidamente con el niño o niña interior que todos conservamos. Es la oportunidad de crear cada mándala con una variante en diseño y el color que le otorga la posibilidad de ser único e irrepetible. Es una actividad que no hay reglas externas de cómo debe colorearse, concediendo a la actividad la libertad para la expresión individual y el desarrollo emocional.
Si la actividad tiene éxito, recomendamos investigar sobre la historia de los mándalas, ya que pueden descubrir la gran variedad que hay y pueden encontrarlos en varias culturas.
Es una actividad que enriquece la percepción, para aprender administrar el aire que llega a nuestro cuerpo, se logra la conexión del cuerpo y mente. Se ha comprobado que podemos mejorar las funciones de atención, memoria y el control emocional.
Hay muchas variantes para la realización esta propuesta, lo importante es respirar profundamente. A continuación transcribo un ejercicio sencillo para comenzar: “se trata de inspirar profundamente durante cuatro segundos y enviar el aire hacia el abdomen. Luego, se debe retener durante dos segundos, para después expirar empleando cuatro segundos más. Se puede comprobar que el aire llegó al abdomen poniendo una mano sobre este: se detecta enseguida.” Este ejercicio si lo practicamos con frecuencia vamos a conseguir respirar más lento y profundamente.
Pueden usar este recurso para hacer una pausa entre tarea y tarea durante las clases virtuales en casa o el home office. Así nos reiniciamos con nuestro cuerpo oxigenado.
Es una clase habitual de la YMCA, que se puede encontrar en la programación del Vivo IG, y se puede revivir en ymca.ar/encasa. También, se encontrará una propuesta en la sección de actividades para niñas, niños y adolescentes, en este caso las posturas se identifican con los animales, ya que facilita la correcta posición y tiene una participación lúdica.
Al momento de realizar estas propuestas, es importante acondicionar el espacio para que predisponga llegar a un ambiente de armonía, se puede poner música tranquila, usar sahumerios o esencias, tener disponible una correcta hidratación y snacks saludables. Y por último, ¡recuerden felicitarse!
“Felicitaciones a los que jugando caminan, jugando descubre, que en la vida el camino se hace al andar”