Por Adriana Zilber
Sabido es que no podemos ser responsables de la información que los medios de comunicación emiten a diario. Pero sí podemos, y debemos, ser responsables de la manera en que cada uno de nosotros reproduce esa información, ya sea personalmente o a través de diferentes redes sociales y plataformas digitales.
Afortunadamente, en relación a la estigmatización, contamos con experiencias previas en materia de salud. Esto permite que, hoy en día, hallemos sugerencias posibles de adopción en el uso de una terminología que no deshumanice al sujeto que posee la enfermedad. Algunas de ellas son las siguientes:
- Debemos hablar sobre la enfermedad de manera natural, sabiendo que nos afecta a todos en el mundo entero;
- Debemos saber de dónde viene su nombre: “co” (de corona), “vi” (de virus), “d” (de disease, enfermedad en inglés) y “19” (del año de aparición, 2019);
- Siempre haremos referencia a: “personas que pueden tener COVID-19”, “personas con COVID-19”, “personas en tratamiento contra la COVID-19”, “personas que se están recuperando de la COVID-19” o “personas que murieron tras contraer la COVID-19”, “personas que pueden contraer la COVID-19”, etc.;
- Hablar con lenguaje preciso, basado en datos y recomendaciones oficiales;
- Utilizar un leguaje positivo, que refuerce las medidas de prevención
- Brindar opiniones esclarecedoras ante acepciones que culpabilizan a una determinada personan o comunidad;
- Asistir a personas que pueden sentirse estigmatizadas, preguntándoles qué necesitan o, simplemente, escuchándolas;
- Apoyar y agradecer el accionar de trabajadores de la salud, servicios esenciales y voluntarios, mediante mensajes positivos en redes sociales.
En el mismo sentido, se aconseja:
- No asociar a la enfermedad con un lugar o un origen étnico determinado;
- No referirnos a las personas que poseen la enfermedad como “casos de COVID-19” o
- “víctimas de…”;
- No referirnos a personas que pueden tener COVID-19 como “casos sospechosos”;
- No decir que las personas “infectan o transmiten el virus a otras”, lo que llevaría implícita una intencionalidad de hacerlo;
- No transmitir rumores ni utilizar expresiones que tiendan a generar miedos infundados;
- No brindar mensajes negativos o de amenazas.
En cualquier caso, desalentemos el uso de las actitudes estigmatizadoras que nos rodean, mostrando conductas de apoyo y respeto que, en definitiva, redundará en beneficio para todos.